Hoy, en vez de mirar tu existencia como lo hacemos habitualmente cada mañana, la vamos a mirar de otra manera. Fíjate que por las mañanas, al despertarte, poco a poco tomas consciencia de tus memorias, de las memorias que tienes de ti mismo. Memorias únicas, impresiones grabadas en tu mente a lo largo de los años momento a momento desde que naciste. La fuerza de la vida te empujó a caminar, a hablar, y en ese proceso y la interacción con tus padres y familia primero, y después el colegio, la pandilla y eventualmente el grupo de adultos con el que te uniste.
En cada momento esta interacción grabó impresiones en tu mente, y hoy dices ser del Madrid, porque te grabaron la impresión «Madrid». Si esa misma vida que vive en ti hubiera nacido en Barcelona y te hubieran grabado «Barcelona», dirías que eres del Barcelona. Son solo impresiones en la mente que funcionan sin tu intervención. Si pierde tu equipo, no puedes evitar entristecerte, aunque sepas que es solo una impresión.
Nos levantamos al recuerdo de este saco de huellas, este saco de memorias al que llamamos Juan, Pedro, Ana o María y consideramos que es el centro de la existencia y que además esta en nuestras manos (cualquiera cosa que sea eso a lo que llamamos «nuestras manos» y que no es otra cosa que el saco de huellas con el que reconocemos la existencia).
Considera hoy que la vida no es otra cosa que una experiencia que existe por si misma. Tu sistema cuerpo/mente va a funcionar perfectamente el solo. En realidad tu no mueves ni una sola de tus moléculas, que se mueven por si mismas siguiendo las leyes naturales. Ayer perdió el Madrid y los que tienen grabado «Madrid» se entristecieron, las huellas van a hacer su trabajo sin que tu intervengas. Imagínate hoy que en realidad tu eres el observador de esta existencia que existe por si misma. Y obsérvate. Observa como funciona este saco de huellas por si mismo durante la existencia de este día. Hoy tomate un descanso. Hoy no eres el hacedor.
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Respuestas al Corazón pagina 224