Defusión, Mindfulness y Valores Personales
Esta tesis se centra en el estudio de los procesos psicológicos activos en el efecto beneficioso de la meditación, está sobre todo centrada en el término que denominan “decentering” y que definen como “la habilidad para observar los pensamientos y sentimientos propios como sucesos temporales y objetivos en la mente y no como reflexiones necesariamente ciertas”.
Como tal es un trabajo que se centra en la validez terapéutica de estas prácticas, y según el estudio parece tener validez terapéutica, sin embargo la meditación y el mindfulness se lleva practicando desde hace miles de años, no como una actividad terapéutica para corregir algún tipo de desequilibrio psíquico o fisiológico, sino como un sistema metódico de descubrir la verdad de ti mismo y de las circunstancias en las que te encuentras momento a momento.
En otras palabras, la respuesta a las grandes preguntas, se resumen en una, la que estaba inscrita en Oráculo de Delfos en Grecia: “Hombre conócete a ti mismo”
El mundo académico, particularmente las ciencias de la salud y la psicología, llevan desde la decada de los noventa (a partir de los estudios que inició J. Kabat Zin en el MIT) cada vez más interesados en los efectos beneficiosos que tiene para la salud mental y fisiológica del individuo estas prácticas.
Está tesis se centra en el proceso que hoy los psicólogos denominan decentering, y que las tradiciones espirituales y de sabiduría de todos los tiempos y culturas han denominado de distintas maneras y con distintos términos y que se refiere a una experiencia común de los seres humanos: Darte cuenta que los pensamientos son pensamientos no la realidad.
Este es uno de los objetivos y de los resultados más importantes de las prácticas de meditación, darte cuenta que tus pensamientos son pensamientos, no la realidad. Los seres humanos, al levantarnos por las mañanas y tomar consciencia de nosotros mismos, de lo que tomamos consciencia es de nuestras memorias, que por cierto en lenguaje vulgar podríamos incluso decir que nada más levantarnos tomamos consciencia de nuestros marrones.
Podemos afirmar que el “yo”, al menos el “yo” con el que nos identificamos, es el “yo” que está a cargo, el “yo” que decide cosas, el “yo” que dirige su vida, el “yo” que se puede equivocar, y que teme equivocarse, en otras palabras el yo que existe en nuestro estado de vigilia. Cuando dormimos, ese “yo” no está, y de hecho si durante nuestro sueño aparece más de la cuenta, no dormimos bien, si no aparece en toda la noche, el “yo” descansa y al dia siguiente se levanta. Y tiene solamente un día para vivir, el día que tiene para vivir y experimentar su existencia.
Y solo tiene un día para vivir, pues el “yo” que despertará mañana es otro “yo” y de la misma manera que el “yo” que despertaba a las 14 años nunca volverá a despertar en nuestra vida, el yo que despertó hoy, morirá al irse a dormir por la noche y nunca mas volvera a despertar.
La conceptualización que hacemos con el pensamiento de la realidad solo existe en nuestra mente, no es una realidad compartida. La única realidad compartida es el día que tenemos para vivir. Nosotros pensamos que esos pensamientos son reales, que la realidad es lo que pensamos y por tanto vivimos centrados en lo que pensamos, yo, mi, mío conmigo. Como un niño pequeño que quiere ser el centro de todo, cuando no somos el centro de nada.
Mindfulness es un término inglés usado como traducción del término «sati» en pali o «smrti» en sánscrito. Este término se ha interpretado de muchas maneras, pero quizás la mejor manera de entenderlo en la lengua castellana sea consciencia, o re-conocer. Habla del factor cognitivo de la mente. De aquello en la mente que se da cuenta antes de emitir ningún valor sobre el objeto del que te has dado cuenta.
La tesis además estudia el efecto de la ayahuasca y lo compara con el efecto de la meditación, y aquí la tesis patina, pues las drogas son una forma de escaparte de la realidad, no una forma de integrarte en la realidad.
La medicina y la psiquiatría y las ciencias del comportamiento humano se han enfocado en la meditación al descubrir que funciona y ahora se creen que porque hayan podido estudiar sus efectos se pueden hacer en los expertos en enseñar meditación. Nada más lejos de la realidad. Quizás deban de darse cuenta que ser un maestro de meditación lleva muchos años de una vida y según la tradición budista, de hecho muchas, muchas vidas y ahora hacen un master y ya se creen capacitados de enseñar meditación de forma práctica y eficaz.
Puede que como terapia puedan usar la meditación eficazmente con sus pacientes, pero si de lo que hablamos es de la integración del ser humano, de lo que han enseñado las tradiciones contemplativas durante siglos, entonces es mejor que se vayan a un monasterio a estudiar meditación. Las facultades de medicina no son el lugar para aprender meditación, son el lugar donde se puede estudiar los efectos de la meditación en la salud, pero no el lugar donde aprender a meditar, así pues que no os engañeis yendo a un master a aprender meditación, porque no habéis aprendido nada en realidad.