El ciclo de un día
En esta manifestación todo opera en ciclos y hasta un rayo de luz que viajase por el espacio el tiempo suficiente terminaría llegando al mismo punto desde el que partió. La mente es parte de la manifestación y también opera en ciclos.
La mente va pasando sucesivamente por tres estados: vigilia, sueño con sueños y sueño profundo. Y nuestra identidad, ese saco de memorias al que nos despertamos cada mañana y que consideramos como el centro de la existencia; opera en ciclos de un día. Un ciclo detrás de otro sigue un proceso evolutivo que comenzó en realidad hace 13.700 millones de años como veíamos ayer al mirar la evolución.
La evolución es la sucesión de acontecimientos que ocurrió, desde que comenzó el presente ciclo del universo, para que hoy estés aquí tomando consciencia de este único día que tienes para vivir y donde vives durante unas horas la ilusión de ser el hacedor de toda esta vasta cadena de acontecimientos, mientras construyes con tus pensamientos, tus acciones y tus sentimientos la cualidad del día que vas a vivir antes de que esa identidad desaparezca por completo durante el sueño profundo esta noche.
Nadie conoce esa identidad que vives. El saco de memorias al que te despiertas cuando tu mente pasa cada mañana al estado de vigilia, las cosas que te cuentas a ti mismo de ti mismo, las conversaciones imaginadas que mantienes con tu madre, padre, amigo o compañero, jefe o socio, solo existen en tu mente y cada mente vive esa pequeña identidad como central en la existencia.
Compara hoy ese pequeño ciclo, con todos los ciclos que componen esta manifestación, este universo y el proceso de la evolución (Respuestas al corazón, página 234), compara la vastedad de esta existencia con ese pequeño ciclo de un día donde tu tomas consciencia de la existencia y donde vives tu pequeña identidad como si fuese el centro del universo y pregúntate: ¿Donde esta el centro?