Dar es Ganar
Aquel que da gana mucho más que aquel que recibe. El que recibe también gana, pero gana mucho menos.
El que da entrega parte de sus apegos y nuestros apegos son los grandes obstáculos de nuestro camino a la paz interior.
Dar de Verdad
Por eso, el que da de verdad, se quita obstáculos de su vida. Y ¿ de qué otra manera puedo quitarme esos apegos/obstáculos? A través del esfuerzo y el sufrimiento. Está claro que es mucho más agradable utilizar el procedimiento de “dar”. Cada vez que doy de verdad (no dar a manera de un intercambio o negocio) estoy mucho más cerca de mi paz interior.
Pero, ¿Qué se entiende por dar?. Quizás se explique mejor con esta pequeña historia: “Imagina que Tú estás regalando, entregando, unas flores a alguien, y esta persona que recibe esas flores, delante de tí las pisotea. Si a ti, este gesto, te duele , es que en realidad tú no estabas regalando nada. Lo que tú estabas es haciendo un intercambio, un “negocio”, yo te doy a cambio de que tú me des algo.”
El dar de verdad, lo que significa es que, desde el mismo instante que tú lo has dado, haga lo que haga la persona que lo recibe , a tí ya te es indiferente.
La Búsqueda de la Felicidad
Por otra parte, en la búsqueda de la felicidad, el ser humano debe de aceptar las limitaciones de nuestra propia mente analítica. Nuestra mente racional nos mete en una “película” de recorrido muy corto. Nuestras “creencias” son continuamente cambiantes. Así, lo que hoy nos parece bien, enseguida nos parece totalmente insuficiente. No sería este un problema importante excepto porque nuestras “creencias” nos ocupan las 24 horas de cada día y no dejan sitio para otra forma de vivir, de estar vivos, como es el Camino del Corazón. Y el Corazón se queda sin espacio para estar presente en nuestro día a día. Por eso debemos de dar, de entregar nuestras “creencias”, entregar nuestros apegos a las fuerzas universales. Cuando (das de verdad algo) sintonizas con el fluir del Universo. Que es un continuo dar, y dar y dar sin ninguna necesidad de recibir nada a cambio. A caso no nos da el sol su energía, la tierra nuestros alimentos, las flores su fragancia. Y lo hacen extinguiéndose, y a cambio de nada.