El tercer estado, o miembro del Raja Yoga, se llama Asana e incluye el cuidado del cuerpo.
Asana es el elemento básico relacionado con el Hatha Yoga. ¿Pero es necesario el Hatha Yoga en la vida de una persona?, porque podría darse el caso de alguien que no puede practicarlo, y por ello no debe desesperarse.
Cuando Patanjali comenzó a formular su Raja Yoga en la India, los aspirantes se iniciaban desde una edad muy temprana; iban al ashram a los 8 o 10 años y les enseñaban todos esos diferentes ejercicios.
El Hatha Yoga consiste en Asanas, que sirven para procurar una cierta forma de ejercicio al cuerpo, pero no nos concentremos sólo en el cuerpo, aunque sea beneficioso para éste.
Los antiguos fisiólogos descubrieron que el cuerpo exterior manifiesta todas las discrepancias que hay en el cuerpo interior.
El Hatha Yoga difiere del ejercicio habitual, en que en éste último ejercitamos los músculos del cuerpo, mientras que con los Asanas ejercitamos también los órganos internos del cuerpo; damos un masaje o estimulamos el hígado, las funciones digestivas y todo lo relacionado con aquello que está dentro de la piel de nuestro cuerpo.
El propósito del Hatha Yoga -al mantener el cuerpo en forma- es el intento de buscar la unión con aquello más profundo dentro de nosotros, el cuerpo espiritual.
La meditación comienza desde dentro de nosotros; el yo interno es traído al yo externo. Mientras que en el Hatha Yoga se comienza con lo externo y se intenta alcanzar lo interno.
Mucha gente practica Asanas sólo para mantenerse en forma. Eso ayuda, mantiene a la persona en forma, pero no es su único propósito.
La finalidad es la de crear una coordinación entre cuerpo, mente y espíritu. Si una persona realiza esos Asanas mecánicamente, sólo se beneficiará el cuerpo, el organismo, el yo orgánico del cuerpo. Pero si al hacer esos diferentes Asanas, su mente está totalmente sintonizada con ellos, entonces surge una coordinación entre el cuerpo y la mente.
Encontraréis que todos estos Asanas del yoga nunca son forzados. Te llevan desde unos muy simples a otros más difíciles, y con la práctica, éstos también se vuelven algo muy simple.
El ejercicio del cuerpo se transforma en un fluir tan natural que la mente se sintoniza con él; la mente se infunde en el cuerpo y todas sus células despiertan al pensamiento de la mente.
Cuando una persona hace Asanas y la mente se sintoniza con todas las células del cuerpo, es una necesidad imperiosa que la mente contenga pensamientos elevados.
Pero ¿cómo puede tener la mente pensamientos elevados?. Esto sucede cuando la persona ha practicado yama y niyama. Viviendo una vida buena, su mente tiende naturalmente hacia el Yo más elevado. Las fuerzas mentales ahora armonizadas con éste Yo, hacen que éste se infunda a sí mismo en todas las células del cuerpo físico.