La expresión de Dios
Dios no necesita expresión. Y tu eres su expresión más sofisticada en este planeta, y todos los seres humanos que te rodean y con los que te cruzas cada día son la más viva expresión de Dios que conoces en este planeta y que podrás conocer jamas en este planeta. A otro ser humano. Esa es la mejor expresión de Dios y su símbolo más vivo y real. Tu eres la expresión de Dios.
Sin necesitar su expresión, como la necesita un pintor para expresarse, Dios se manifiesta pues su naturaleza es esa misma expresión que se expresa a sí misma sin poderlo evitar. Pero Dios no se puede conocer a si mismo, pues no hay nadie distinto de Él para conocer. Por eso solo le conoce el Hijo, que es Él mismo, pero individualizado. Un bello concepto
Sin embargo nos podemos preguntar si es posible establecer una relación personal con esa expresión. Una relación como la que podemos establecer con cualquier otro ser sintiente, con cualquier otra cosa existente. Pues si no es así, entonces necesariamente Dios es un concepto cuya única existencia es la conceptual. Si tiene existencia más allá de lo conceptual, entonces has de poder traerlo a tu existencia y tener una experiencia real de su existencia, real como real puede ser cualquier otra existencia para ti. Por eso decimos que su mejor expresión y la mejor relación que puedes establecer con su mejor expresión es la relación con otro ser humano.
Por eso Dios tiene por un lado la utilidad de un concepto, de una idea que está simbolizada en esa palabra y por otro lado una realidad (o irrealidad) basada en la experiencia de la existencia que tenemos cada sujeto, cada yo que tiene una experiencia individual de la existencia.
Si consideramos que el padre es el comienzo, el temblor que se produjo 0,00000000000000000001 sg después del Big Bang, entonces el Hijo es el Hombre que hoy se conoce a si mismo. Por eso se dice que nadie conoce al padre sino a través del hijo.