Cada día te acompañamos en la lectura del libro, cada día te sugerimos una práctica espiritual. Sumergete en el proceso transformador de la meditación con la lectura del libro Respuestas al Corazón
La meditación empieza en el mismo instante que te despiertas por la mañana cada día. Al despertarte, tomas consciencia de que te estas despertando a memorias que tienes de ti misma, a las cosas que te cuentas de ti misma y de la vida, a tus memorias de ti misma y de tus circunstancias. Te das cuenta que este saco de memorias a los que te despiertas no es universal. Existe solamente en el rango limitado de tu mente. Nadie se despierta a ese saco de memorias. Yo me despierto a otro que no tiene nada que ver con el tuyo. Incluso las personas que conviven contigo se despiertan a sacos de memorias que ni conoces ni podrás conocer nunca, de la misma manera que ellos no conocen el tuyo.
Sin embargo, al abrir los ojos y tomar consciencia de la existencia, de la habitación donde estas, de la luz que entra por la ventana anunciando el comienzo del día, tomas consciencia de la existencia de este día, del único que tienes para vivir, el que sí compartes con las personas con las que convives, en la existencia de este día es en el único sitio en el que puedes hacer algo por tu vida. Ayer ya pasó y lo hecho, hecho está. Mañana, para que pensar en mañana, ¿por que lavar los platos diez veces en la cabeza antes de lavarlos en la realidad? Hoy tienes un día para vivir, para construir la vida que tantas preocupaciones alberga en el saco de memorias al que has despertado. Y un día es corto, empieza y termina. Hoy vas a vivir un buen día estés en las circunstancias en las que estés, para ello vas a responder a ese día dando lo mejor de ti misma. Con esta actitud, a tu manera, saludas al día que vas a vivir y compartir con los tuyos. ¡Buenos días día!. Saludas y honras al día que vas a vivir y que compartes con todas las personas que estamos actualmente viviendo este día en el que todos existimos en una experiencia compartida.
Te levantas, te duchas y vistes, y una vez que estas completamente despierta, antes de comenzar con el día, te sientas. Solo van a ser unos minutos. Cinco minutos que no van a ninguna parte, así pues que dale mucha importancia. Tu día cambiará si haces esta práctica sencilla: Te sientas cómodamente, con las manos juntas y recogidas en el regazo (foto manos), la espalda apoyada confortablemente. Cierras los ojos y llevas tu atención al corazón, a lo que tu corazón anhela. El corazón esta por siempre anhelando al amor, al amado que trae esa paz que supera toda comprensión. Y desde ahí, desde ese anhelo, tu sola, sin compararte con nada ni con nadie, mentalmente, con tus palabras, le pides a tu amado, al amor, de la manera particular que te salga, que te guíe en este día para poder vivirlo desde el amor. Una vez que has hecho esta petición, te quedas en silencio esperando la respuesta.
Al quedarte en silencio, esperando la respuesta, para poder mantener la atención de la mente, diriges tu atención a la respiración. Sientes como el aire entra y sale por la nariz, muy gentilmente.. simplemente percibiendo el suave roce del aire al entrar y salir por la nariz.. la respiración simplemente ocurre por si misma. Dejas a la mente correr libremente, manteniendo gentilmente la atención en la respiración durante unos minutos. Al cabo de los cuales, abres los ojos lentamente y comienzas tu día, el que tienes para vivir. Las respuestas llegan y la vida se transforma eventualmente en una vida de amor, de belleza y de autenticidad.
Gran libro, para leer todos los días antes de meditar. Altamente recomendable.