El azar y el destino
Hoy tenemos ya presidente de los Estados Unidos. Barack Obama. ¿Azar o destino? Esta manifestación, de la que nos hacemos conscientes cada mañana, se expresa a través de una sofisticada interacción e interdependencia de diversos elementos que representan un baile, atrayéndose y repeliéndose. Para entenderlo fíjate en tu cuerpo.
Si miráramos el movimiento particular de una molécula cualquiera de tu cuerpo, quizás podríamos interpretar que dicha molécula se mueve azarosamente, chocando e interaccionando con otras moléculas al azar y reaccionando con ellas, atrayéndose y repeliéndose, en función de su naturaleza química y física. Sin embargo, ese movimiento aparentemente azaroso es parte de una unidad mayor que eres tu. Desde ese punto de vista, el movimiento de la molécula que observábamos antes, no es azaroso, sino que tiene el destino o propósito de que tu seas.
En la naturaleza, la vasta variedad de formas que ocurren y toman lugar lo hacen porque las cosas se atraen y se repelen de acuerdo a leyes precisas. Ese aparente azar crea formas estables y bellas como nuestro sistema solar. Los seres humanos estamos sometidos a estas mismas leyes, que podríamos definir como la voluntad de Dios, no en el sentido de una voluntad como la humana, donde el pensamiento es origen de esa voluntad, sino como el Tao, el sentido de la vida. De la misma manera que el sentido de la existencia y el movimiento de cualquiera de tus moléculas tiene el sentido de tu existencia, el sentido de todo lo que ocurre es la existencia misma, y esta existencia se hace personal cuando se hace consciente de si misma a través tuyo.
El pensamiento y la mente es parte de esta manifestación, como lo son las moléculas, las ondas de radio o la mismísima luz. La naturaleza misma se hace consciente de si misma a través de tu mente, que es expresión de ella misma y por lo tanto sometida a leyes de atracción y repulsión precisas como lo están el resto de las manifestaciones de la naturaleza. Ello quiere decir que lo que ocurre en tu vida desde el punto de vista del pensamiento, no solo esta sometido a leyes de atracción y repulsión precisas, sino que además tiene un sentido.
Tu interacción con otros seres humanos tiene un sentido y es solo aparentemente azaroso. El proceso de purificación de la mente lo que hace es sintonizar nuestra percepción a ese sentido que tiene la vida y que tradicionalmente nos hemos referido con la palabra Dios al no tener otra mejor. El destino que creas para ti mismo en tu propia vida es la percepción que tienes de tu existencia.
Y el sentido de la vida es el mejor de los destinos. Lee los pensamientos que Respuestas al corazón trae para el día de hoy en la página 235 a la luz del «sentido de la vida»